Unas vacaciones diferentes
Las vacaciones de Semana Santa de este año son diferentes a las que hemos vivido siempre: no nos iremos de casa, no iremos a la playa, a la montaña o al pueblo. La emergencia sanitaria nos ha hecho cambiar los planes que teníamos y nos obliga a adaptarnos.
Pero este es un tiempo de oportunidades también: para detenernos, orar y reflexionar juntos. Hace muchos años, Jesucristo vivió el Vía Crucis, el sufrimiento y la muerte en la Cruz, pero después llegó la luz de la Resurrección del Señor.
Os invito a vivir en elesperanza que después del sufrimiento llega la luz, que saldremos adelante y lo haremos reforzados en los vínculos personales, familiares, valorando aquella añorada normalidad ahora.
No seremos los mismos, muchas familias han vivido historias de sufrimiento y luto que nunca olvidará, pero debemos intentar sacar luz en estas circunstancias.
El coronavirus nos sitúa frente a una de las cruces que los seres humanos debemos afrontar a lo largo de nuestra vida que es la cruz de la enfermedad. Una cree que puede llegar a trastocarnos todos los ámbitos de la existencia: el ámbito personal, familiar, social y además hacerlo con fuerza ya nivel global.
Oremos para que el Señor nos ayude a encontrar la luz y la paz de todo lo que nos está pasando, que nos fortalecemos, que nos ayude a gestionar la incertidumbre, a vencer los miedos y las adversidades. Os aliento en este tiempo pascual a vivir con actitud de superación para afrontar la situación y ser pacientes para volver a ver el sol y disfrutar de la vida.
Os pido ser positivos ante todo lo que nos está pasando, a disfrutar de la familia, a hablar, reflexionar y crecer juntos para salir fortalecidos, porque todo esto va a suceder y pronto volveremos a nuestra normalidad, a nuestra vida, una vida diferente ya para siempre, pero una vida muy preciada.
Cuídese mucho!!